La bioeconomía, un modelo de economía que cuida el crecimiento de todos los implicados

La situación mundial en el marco del coronavirus ha sido y sigue siendo un llamado de atención para que revaluemos la manera de cómo estamos habitando el mundo. Un llamado para el ser humano como tal, pero también como profesional, empresario, inversionista y cualquier otro rol que tenga en el campo de la economía.

El término economía viene del latín oeconomia, y este, a su vez, viene del griego οἰκονομία, de   οἶκος  ‘casa’ y νέμειν  ‘administrar’, en otras palabras, administrar la casa. ¿Cómo estamos administrando nuestra casa hoy? Entendiendo casa como la empresa, la ciudad, el país y el mundo. ¿Es posible administrarla con un modelo que beneficie a todos los actores implicados?

Sí es posible, y allí es donde entra el concepto de BIOECONOMÍA.

El concepto de bioeconomía

Cada país y entidad ha definido la bioeconomía de acuerdo a su realidad e intereses. No obstante, las definiciones tienen varios aspectos en común.

La bioeconomía surge como un modelo de economía en el que se da valor tanto a los recursos naturales como al conocimiento y a la investigación, para el desarrollo de productos, procesos y servicios bajo el principio de sostenibilidad. Actualmente, la mayoría de productos en el mundo se basan en recursos fósiles no renovables. Recursos que, además de ser finitos, son extraídos y usados de una manera poco respetuosa con el planeta.

 

Bioeconomía: Economía que gestiona eficiente y sosteniblemente la biodiversidad y la biomasa para generar nuevos productos, procesos y servicios de valor agregado, basados en el conocimiento y la innovación.

Definición de la Bioeconomía en Colombia, según el CONPES 3934 de 2018

La biotecnología surge como esa manera de aprovechar los recursos biológicos con conocimiento, tecnología, sofisticación e innovación, para contribuir con la sostenibilidad y con la salud humana, animal y ambiental.

El potencial bio en Colombia

En Biointropic – entidad especializada en el acompañamiento de negocios, empresas y proyectos de base bio– hemos identificado que Colombia tiene un gran potencial para poner en marcha un modelo bioeconómico.

Somos el segundo país con mayor biodiversidad en el mundo con más de 58.000 especies de fauna y flora (SIB Colombia, 2020); tenemos más de 1.400 grupos de investigación en ciencias de la vida; 600 grupos relacionados con la biodiversidad y la biotecnología (Colciencias, 2018); y más de 170 mil toneladas de residuos agropecuarios para ser aprovechados (UPME, 2015). En esta línea y a través de un mapeo que realizó Biointropic en 2018, en Bogotá y Medellín identificamos alrededor de 250 iniciativas de base bio, entre resultados de investigación, empresas desarrolladoras y usuarias. A esto se suma la tendencia mundial de un consumo más responsable, consciente y que encuentra valor en los productos bio.

Si tenemos todas esas capacidades y oportunidades, entonces ¿qué se requiere para avanzar en este camino?

Según la directora de Biointropic, Claudia Marcela Betancur Giraldo, “la bioeconomía debe y puede convertirse en una prioridad a nivel nacional y regional, para contribuir con la reactivación de la economía y el crecimiento de una economía sostenible. De esta manera, se pueden facilitar instrumentos financieros y programas de apoyo para acelerar las empresas y las tecnologías”.

La directora de la entidad destacó que, recientemente, el Instituto Global para el Crecimiento Verde (Global Green Growth Institute, GGGI) y el Departamento Nacional de Planeación (DNP) en alianza con Biointropic, desarrollaron un estudio para la definición de la Estrategia Nacional de Bioeconomía en Colombia, un texto clave con bases para la realización de una hoja de ruta a 2030.

Además, Colombia ya tiene un plan de acción para una Misión de Bioeconomía. Puedes acceder al texto -presentado por Minciencias- en el siguiente enlace: mundobiotec.com/informes/

A nivel mundial, más de 50 países ya disponen de una estrategia de bioeconomía o políticas relacionadas con ella. En el mes de agosto de 2020, Costa Rica presentó su estrategia nacional. Un documento de este nivel puede ayudar a abordar y cerrar brechas en aspectos como el regulatorio, tecnológico, financiero, de mercado y capacidad institucional.

Además de una Estrategia Nacional de Bieconomía ¿qué más se requiere para avanzar en este camino?

  • Disposición de los empresarios para innovar su portafolio de productos a partir de líneas de negocio bio-basadas.
  • Disposición para realizar alianzas o articulaciones colaborativas entre instituciones, empresas, academia y gobierno.
  • Instrumentos financieros que acompañen las diferentes fases de la bioeconomía: instrumentos de fomento, financiación e inversión.
  • Encadenamientos productivos de empresas entre regiones del país, impulsando la capacidad y el abastecimiento local, para sustituir importaciones por productos nacionales renovables.
  • Divulgación del conocimiento alrededor de la bioeconomía y la biotecnología para generar apropiación social en zonas urbanas y rurales.

El camino es muy prometedor, no obstante, existen retos importantes para superar. Según Claudia Marcela, “el reto más importante es saber conjugar –de manera equilibrada– los elementos sociales, económicos, ambientales y de innovación para poder lograr un desarrollo sostenible. Y para ello es clave ponernos de acuerdo. Precisamente en este punto va encaminado el texto para la construcción de la Estrategia Nacional de Bioeconomía. Los actores implicados debemos dirigir los esfuerzos y proyectos en una misma dirección”.

Empresarios que apuestan por los negocios bio

Ya muchos empresarios visionarios han emprendido su camino en los negocios de base bio. En el Aburrá Sur encontramos las sedes de varias empresas como Colorganics, cuyo fundador creó una empresa de soluciones de colorantes naturales desarrollados a partir del achiote y la cúrcuma. Ecoflora Cares, otra empresa dedicada a los colorantes con un azul único en el mundo obtenido a partir del uso sostenible de la jagua. CellsTech y Peptides, dos empresas que forman parte del Tig, un grupo de empresas innovadoras en sectores como el de la salud y los cosméticos; y Alsec, con alimentos funcionales.

Asimismo, existen otras empresas colombianas que no son de base bio y que han identificado oportunidades en la bioeconomía y la biotecnología para seguir creciendo. Es así como la empresa de huevos de la marca Kikes, está realizando –de la mano de Biointropic– un proyecto de valorización y aprovechamiento de residuos avícolas para la generación de coproductos como biofertilizantes, biogás y bioenergía. En este último punto, hoy la empresa ahorra 100 millones de pesos mensuales al haber pasado del consumo de una energía tradicional a consumir su propia energía generada a partir de la gallinaza.

Biointropic, entidad especializada en acompañamiento de proyectos y empresas bio-innovadoras

Desde 2008, cuando los fundadores de Biointropic (EIA, EAFIT, CES, Universidad de Medellín, Universidad Nacional – sede Medellín, Ecoflora y otros) identificaron un vacío en el mercado y una oportunidad en Colombia para promover bio-innovaciones que transforman los diferentes sectores (cosméticos, salud, alimentos, agropecuario, químico y otros), nuestra entidad trabaja ayudando a empresarios, inversiones y otros profesionales a llevar sus biosoluciones al mercado y contribuir a su crecimiento.

Actualmente, Biointropic ha realizado acompañamiento a más de 80 empresas; ha desarrollado alrededor de 60 proyectos y 50 estudios de Inteligencia estratégica; y ha puesto en marcha eventos e iniciativas de conexión empresarial y divulgación, como el portal mundobiotec.com.

“Hoy el mundo nos invita a generar desarrollo y progreso de una manera sostenible. Es posible crecer con innovación y biotecnología. Invito a los empresarios a que se asesoren de entidades como Biointropic para que identifiquen oportunidades claves para su crecimiento”, destacó Betancur.

info@biointropic.com – www.biointropic.com 

Nota: Este contenido fue preparado por la unidad de comunicaciones de Biointropic para ser publicado en la revista de la Cámara de Comercio Aburrá Sur, a petición de esa entidad. Hoy lo queremos compartir con nuestra comunidad.